Piel seca o piel mixta ¿Qué necesidades tienen?
may 14, 2018 | Elisa Smith
Seca, mixta, grasa, sensible o normal suelen ser las etiquetas que catalogan nuestra piel y que en base a que tengamos un tipo u otro deberemos llevar a cabo una serie de cuidados para que siempre luzca sana y limpia. Pero tener un tipo de piel u otro, no significa que siempre vaya a tener tales características, ya que hay una serie de factores internos y externos que pueden hacer que varíe en diferentes etapas de nuestra vida. ¿Quieres saber cómo afecta nuestro entorno y nuestra herencia genética en nuestra piel y qué cuidados debemos llevar teniendo un tipo u otro?
Cuando hablamos de factores internos hablamos de nuestra herencia genética y de nuestra edad en los que podemos aplicar unos cuidados diferentes y atenuar el paso del tiempo. Por el contrario, los factores externos nos referimos a los climatológicos como el sol, el frío, la sequedad ambiental. No será lo mismo vivir en un clima seco que en otro más húmedo y por tanto veremos cambios en nuestra piel, no te preocupes ya que estos no se darán de manera brusca, sino que notaremos algunas variaciones. Así, es posible que si hemos pasado parte de nuestra vida en un clima más húmedo, nuestra piel sea más grasa y al contrario, si después nos mudamos a una ciudad más seca, notaremos cambios en nuestra piel y deberemos variar nuestra crema hidratante.
Por otro lado, nuestra alimentación influye directamente en la salud de nuestra piel, así como si dormimos menos o si estamos pasando una etapa de estrés. Presta atención a estas situaciones en tu vida y nota cómo mejora tu piel incorporando hábitos saludables como aumentando el consumo de frutas y verduras, o realizando actividades que te relajen como la meditación.
¿Cómo debo cuidar mi piel?
Piel seca: se caracterizan por ser más ásperas y tienden a descamarse, tienen un aspecto más tirante y si te falta hidratación puede llegar a picarte. Utiliza una crema hidratante y apóyala bebiendo dos litros de agua, con una dieta saludable. No te olvides de usar el protector solar y serum, será tu gran aliado.
Piel mixta: seguro que te es familiar el término “zona T” en la parte de la frente, nariz y barbilla se acumula más grasas e impurezas y por el contrario, solemos presentar descamaciones en las mejillas. Limpia y oxigena bien la piel antes de usar los productos de tratamiento (del tamaño de una avellana) y utiliza productos con texturas ligeras de absorción rápida.
Piel grasa: este tipo de piel suele presentar más impurezas y grasas por la producción de sebo (es habitual que nos ocurra durante la adolescencia) dando lugar a granos y espinillas. La limpieza será esencial para no taponar los poros. Exfolia tu piel y usa mascarilla una vez a la semana. Procura utilizar productos más matificantes que regulen el sebo. En estos casos es importante consultar con un dermatólogo y que te indique los productos de cuidado específico.
Piel sensible: si los factores externos enrojecen tu rostro con facilidad, deberás utilizar productos libres de perfumes para que no la irriten. Cuando limpies tu rostro, sécalo con toquecitos sin frotarte con la toalla. Y cuidado con la comida picante. Consulta con un dermatólogo para que te indique los productos de cuidado más adecuados para este tipo de piel.