Los 5 ingredientes de la Beauty Sleep ¡apúntate a la mejor receta para tu piel!
may 14, 2018 | Elisa Smith
¿Sabías que para empezar a tener una piel más bonita debes dormir entre 7 y 9 horas diarias? Seguro que lo has escuchado muchas veces y sin embargo no te has parado a pensar en los beneficios que tiene un descanso reparador en tu piel. ¿Quieres saber por qué durante la noche te pones más guapa? Te lo desvelamos al detalle.
Mientras dormimos todo nuestro organismo se regenera y nuestras defensas aumentan, ya que cuantas más horas de sueño, mayor cantidad de glóbulos blancos en la sangre producimos, así que una correcta higiene del sueño hará que notes los resultados en tu piel enseguida.
"Toma nota de estos 5 sencillos consejos que te ayudarán a que tu piel descanse, se relaje y se regenere:
1.- Cuando no dormimos lo suficiente al día siguiente nos levantamos con unas grandes y marcadas ojeras bajo nuestros ojos, ya que no dormir nuestras horas o mal provoca que los capilares se dilaten.
2.- Mientras dormimos, nuestra temperatura corporal aumenta ayudando a que los activos de nuestra crema hidratante penetren mejor en nuestra piel liberando todos sus beneficios, ya que está más receptiva y se activa la regeneración celular de la epidermis.
3.- ¿Sabías que durante la noche nuestras células se renuevan a un mayor ritmo? Aprovecha este momento para una regeneración completa de tu piel, sobre todo si aplicas una Rich Cream o serum.
4.- Duerme tus 8 horas diarias como un mandamiento así durante este tiempo nuestra piel realiza su proceso de regeneración: recupera la energía gastada durante el día, repara las células dañadas, etc. si dormimos menos, rompemos este proceso, ¿estás dispuesta a correr el riesgo?
5.- Producimos más colágeno mientras dormimos y cuanto más producimos mejor mantenemos la tersura de nuestra piel, ya que estas fibras son el sostén imprescindible para tu belleza natural.
No dejes que el ritmo de vida actual te impida dormir mejor, por eso si te cuesta ir a dormir por las noches, pon en marcha estos pequeños hábitos que mejorarán tu rutina: trata de acostarte siempre a la misma hora, así tu cuerpo se acostumbrará poco a poco y se preparará para el sueño sin que te des cuenta; intenta no tomar alimentos justo antes de ir a dormir, deja al menos un par de horas entre la cena y el momento de ir a acostarte y por supuesto evita cenas copiosas y con exceso de grasas e hidratos, ya que tu cuerpo no tendrá tiempo suficiente de quemarlos. Evita bebidas estimulantes y prepara tu habitación como un santuario del sueño: libre de estorbos, de gadgets tecnológicos que te distraigan, crea tu sitio de paz y confort. Prueba también algunos ejercicios de respiración para relajar tus músculos y liberar tensiones.
Dormir es un placer y para nuestra piel… ¡aún más!